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el blog de Ana

UNA PEQUEÑA HISTORIA

     Había una vez un niño que tenía muy mal carácter.Un día su padre le dió una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma debería clavar un clavo en la cerca de atrás de la casa.

     El primer día el niño clavo 37 clavos en la cerca...Poco a poco fue calmándose porque descubrió que era mucho más fácil controlar su carácter que clavar los clavos en la cerca.Finalmente llegó el día cuando el muchacho no perdió la calma para nada y se lo dijo a su padre y entonces este le sugirió que por cada día que controlara su carácter debería sacar un clavo de la cerca .Los días pasaron y el joven pudo finalmente decirle a su padre que ya había sacado todos los clavos de la cerca.Entonces el padre llevó a su hijo a la cerca y le dijo:

    Mira hijo,has hecho bien...pero fíjate en todos los agujeros que quedaron en la cerca...ya la cerca no será la misma de antes.

     Cuando dices o haces algo con coraje,dejas una cicatriz como en este agujero en la cerca...Es como meterle un cuchillo a alguien,aunque lo vuelvas a sacar la herida ya esta hecha.No importa cuantas veces pidas disculpas,la herida está ahí.Una herida verbal es igual de grave o a veces peor que una herida física.

      Los amigos son verdaderas joyas a quienes hay que valorar.Ellos te sonrien o te animan a mejorar.Te escuchan,comparten una palabra de aliento y siempre tienen su corazón abierto para recibierte.

      Demuestrales a tus amigos cuanto los quieres....y cuéntales esta historia.

4 comentarios

franz -

Hola Ana, mira la historia que cuentas me a encantado,eso me recuerda a algo jejeje,pone de manifiesto el problema que tenemos muchos en el momento que perdemos la calma, lo cual se intenta solusionar, aunque algunos no tienen exito.
Bueno sigue asi en tu blog, y perdona por mis faltas de ortografia y puntuación jejeje.

Montse -

¡Cómo me gusta ver que más allá de las notas y de las obligaciones estáis aprendiendo por placer! Una historia bonita que nos enseña que a veces hay que pensar dos veces algo antes de decirlo. Aunque sacando el lado positivo, aunque se quede la cicatriz más vale pedir disculpas, mejor que no pedirlas,no?
Bueno, te animo a seguir escribiendo. Un abrazo, Montse

laumoma -

Ana me has dejado sin palabras. Que bonita tu historia te lo aseguro. Cuanta razón lleva.
La verdad es que cuanto daño podemos hacer con las palabras (o sin ellas). Cuanto daño se puede llegar ha hacer con los hechos, con las amenazas.
Sigue así Ana.
Un saludo, Laura

loli -

ana la primera vez que te escribo.me a gustado mucho esa historia y llevas mucha razon el daño siempre se queda.y siempre se se perdona pero nunca se olvida.a mi me pasa eso aunque intento corejirlo.muchos besos espero que también me visites a mi.ah!perdon por mis faltas a todos